Rev. chil. endocrinol. diabetes 2021; 14 (3)    Volver a Índice

 

Editorial

Sueño y alteraciones endocrinas en pandemia Covid-19

Dr. Francisco Pérez
Editor

 

Sleep and endocrine disruption in pandemic Covid-19

A un año y medio de la pandemia, se han evidenciado una serie de alteraciones metabólicas que van en franco aumento en la población. Entre ellas obesidad, diabetes, hipertensión, etc. Las medidas restrictivas y de movilidad que han aquejado a todo el mundo han dejado también una huella en el estatus metabólico de las personas y uno de los factores que ha contribuido a este tipo de disrupciones metabólicas corresponde a la alteración en las horas de sueño, fenómeno que se ha incrementado con la sobreexposición nocturna a horas de pantalla (televisión, computadores y celulares).

En los países desarrollados, los adultos indican dormir menos de 6 horas al día y en general se ha estimado que en las últimas décadas la duración del sueño ha disminuido entre 1,5 a 2 horas. También es conocido desde hace años que las alteraciones, tanto en la duración del sueño, como en la calidad de éste, se relacionan directamente con aumento del IMC, diabetes y patologías cardiovasculares.

En términos de la duración del sueño, el dormir entre 7 y 8 horas se ha relacionado a un menor riesgo de enfermedades crónicas. Si bien, son múltiples los factores que pueden incidir en la duración del sueño corto como el tabaquismo, el consumo de alcohol, el hacinamiento, el nivel socioeconómico, etc; se piensa que, en las condiciones actuales, la situación de pandemia ha incrementado el indicador de sueño corto e intermitente. La calidad del sueño (equilibrio sueño-vigilia) se encuentra también claramente afectada por la conducta alimentaria y este es uno de los factores que más se ha modificado en este largo período de restricciones de movilidad. Cambios en el tejido adiposo (componente proinflamatorio) disminuyen el gasto energético e impactan directamente en la calidad del sueño.

Análisis recientes realizados en Italia, mostraron que un 92,3% de los encuestados aumentó las horas de uso de dispositivos electrónicos (principalmente notebooks y celulares). Este mismo estudio reportó una alta sintomatología de insomnio, con sueño corto e intermitente. La evidencia sugiere, que ahora más que nunca, se debe crear conciencia respecto a la exposición nocturna a dispositivos electrónicos, como una forma de preservar la calidad y cantidad de las horas de sueño. Existe cierto grado de certeza, que una parte importante de las alteraciones metabólicas que se han ido incrementando en períodos de encierro y restricción por pandemia, muestren su peor cara en los próximos años.