Rev. chil. endocrinol. diabetes 2008; 1 (4)    Volver a Índice

 

Editorial

Ecos del cincuentenario y proposiciones para próximos aniversarios

Dr. José Manuel López Moreno
Editor

 

En las postrimerías del año de celebración del cincuentenario de SOCHED, es saludable y previsor diseñar y consolidar pautas de acción para los años venideros. La primera etapa es identificar esos campos de trabajo, socializarlos creando instancias de debate sobre ellos, para que, una vez aceptados, dar paso a que las directivas de la Sociedad apliquen las políticas y acciones necesarias para hacerlos realidad.

El nuevo período debería tener como idea central el de la “Unidad Efectiva”, concepto entendido mucho más allá de la correcta relación entre los miembros de la Sociedad y del reconocido espíritu de camaradería que los anima y que son, sin lugar a dudas, fortalezas innegables de la SOCHED actual. La unidad debe sobrepasar el solo criterio de una relación armoniosa para consolidar, con el respaldo de lo anterior, la unidad en la acción que se refleje en el abordaje, con espíritu de cuerpo, de los problemas pendientes, o más aún, en algunos casos, aquellos que se están agravando.

¿Por qué actuar así?, y, de aceptarlo, ¿de qué nutrir este campo de acción unitaria? El porqué es fácil de explicar. En un país del tamaño de Chile cualquier acción circunscrita a un grupo de trabajo es sólo una gota en el mar. Es el camino de la intrascendencia o mínima repercusión derivada de la miniatura del actor. Basta considerar que nuestro país globalmente puede, con dificultad y algunas condescendencias, equipararse en potencialidad médica y de recursos a una o dos ciudades mayores del mundo desarrollado. En esa perspectiva, el trabajo de un grupo o servicio aislado se torna irrelevante como aporte científico, ya sea de investigación o experiencia clínica.

Los campos de acción unitaria, bajo el prisma unificador ya esbozado, son variados, interesantes y, además, mutantes, dada la velocidad de desarrollo del conocimiento científico.

La primera propuesta es avanzar en el diseño de pautas unitarias en el manejo de la patología endocrinológica más prevalerte del país, de modo que el resultado de la experiencia nacional tenga una mirada común que avale y vigorice resultados, proposiciones y soluciones. En línea con lo anterior, el registro nacional actualizado de algunas patologías permitiría adentrarse en sus eventuales particularidades nacionales, diseñar estrategias propias de la situación y proponer a la autoridad sanitaria acciones concordadas, juiciosas y efectivas.

La unidad organizada y equilibrada abriría también la posibilidad de instalar y usufructuar de técnicas costosas y complejas, que podrían desarrollarse al agrandar la escala de la demanda. Así, se respaldaría la posibilidad de profundizar en investigaciones de buen nivel y mayor significancia.

El conocimiento unitario permitiría también acceder, en condiciones favorables, a drogas de alto costo, cuyo manejo y eficiencia se vería acrecentado .La autoridad sanitaria, sin lugar a dudas, estaría proclive a interactuar con SOCHED si recibe información relevante y propia, y ,en base a ella, sugerencias atinadas.

La unión daría mayor cuerpo al vínculo con áreas quirúrgicas que están ligadas a la endocrinología (hipófisis, tiroides y paratiroides, suprarrenal), para propender a que la experiencia reducida por lo parcializada en algunas de estas áreas se centralizara, de manera de hacerla fructífera y eficiente; baste como ejemplo, las limitaciones expresadas en los resultados en patología quirúrgica hipofisiaria (Carrasco,C. et al.2006 Rev Méd Chile;134:989-996).

La docencia de la especialidad a nivel de pregrado y postgrado, aunque de responsabilidad de las universidades, debe recibir la cooperación de SOCHED, que mira desde el ángulo de la atención y bienestar de los pacientes. Al respecto, el hecho de que los cuadros académicos universitarios sean a su vez los mismos que integran la Sociedad hace más fácil que esta visión influya en la instancia docente sin convenios ni marcos oficiales de compleja aceptación.

Como todo lo anterior necesita irremediablemente de respaldo económico, el trabajo mancomunado nacional que se propicia es la forma de lograr ese soporte financiero. Las compañías farmacéuticas valorarían positivamente el interactuar con sólo un actor representativo y no con una seguidilla de peticiones parceladas .También los trabajos cooperativos de corte internacional tendrían más facilidad de asiento al ofrecer un campo amplio y de diseño uniforme.

La enumeración anterior de eventuales ventajas es restringida, y ciertamente puede haber otras proposiciones. De hecho, el nacimiento de la Revista Chilena de Endocrinología y Diabetes es un genuino ejemplo de este espíritu de cuerpo, que a su vez pretende ser acicate y sostén para el buen término de otros proyectos.

La integración de grupos sectoriales, como sucede hoy en el campo de la patología del tiroides, es un gran paso en el estudio y modernización del conocimiento. Sin embargo, más allá del estudio y presentación de experiencia, estos grupos deben ser la punta de lanza de este aspecto unificador en sus específicos campos.

Como bien decía el presidente de SOCHED en su alocución conmemorativa del cincuentenario, llegó el tiempo de un “salto cuántico” de la Sociedad. Este salto se llama Unidad y Acción planificada que abarque la investigación, el remozamiento tecnológico, el conocimiento de las patologías nacionales, la relación con la autoridad sanitaria, la educación continua para médicos generales y especialistas, y la formación de nuevos cuadros de endocrinólogos. Es atingente recordar las frases del cardenal brasileño Helder Camera: “Cuando una persona tiene un sueño es sólo un sueño; cuando muchos tienen el mismo sueño es el comienzo de una realidad nueva”.

Estamos en una promisoria coyuntura para que todos hagamos cierto ese pensamiento en SOCHED.