En el ámbito de las publicaciones científicas, durante los últimos cinco años se ha generado una prolongada discusión en la definición de ciertos tipos de publicaciones denominadas de acceso abierto (open Access, OA).
Desde la masificación de internet hasta la declaración de Budapest donde se define el término OA, como aquella de disponibilidad gratuita en Internet público, permitiendo a cualquier usuario leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar o usarlos con cualquier propósito legal, sin ninguna barrera financiera, legal o técnica, fuera de las que son inseparables de las que implica acceder a Internet mismo. Este modelo de publicaciones ha repercutido en otras modalidades de comunicación y acceso a información científica con consecuencias importantes en la industria editorial, generando controversia tanto en las clásicas empresas editoriales, como en los autores de material científico que tienen que escoger entre diversos tipos de editoriales para comunicar sus investigaciones.
Lo anterior ha generado una diversidad de debates en el ámbito científico, donde se ha tipificado a cierta clase de revistas bajo el logo “pagar por publicar”, situación que ha ido cambiando también en los últimos años. Este escenario, se ha modificado fundamentalmente por el hecho de que estas revista OA que además cobran por publicar, han ganado un espacio importante en el sector editorial y en los sistemas de evaluación ISI dado que revistas que empezaron como OA han logrado en pocos años un “ranking” científico importante.
Es aquí donde se producen dos puntos de inflexión importantes, uno de ellos tiene relación con el tiempo de espera para
publicar resultados científicos, ello es una realidad y normalmente un artículo científico puede ver la luz entre seis y diez meses
desde su envío. Esto atenta muchas veces con la premura que los grupos científicos tienen en dar a conocer sus resultados
en un mundo globalizado y altamente competitivo. Lo anterior ha hecho que grandes investigaciones se dirijan a este tipo de
publicaciones pagadas, donde la rapidez de la revisión es el factor gravitante.
Este fenómeno ha hecho que aparezcan muchas editoriales pequeñas y en continuo crecimiento cuyo objetivo es aprovechar esta ventana del “pay per publish” ofreciendo una publicación a bajo costo. Sin embargo, existen otra serie de revistas que siendo de esta modalidad OA, mantienen una coherencia y rigurosidad en sus publicaciones que las ha hecho escalar en forma importante en términos de reconocimiento. Hay que ser cuidadoso respecto a lo que parece ser un buen negocio del “pay per publish” con la excusa del acceso gratuito (“open access“). Una parte importante de las revistas del sistema BioMed Central ya cobran a los autores (desde 2002).
Una última arista en este competitivo campo de las publicaciones científicas corresponde a una petición ingresada a la
Casa Blanca en USA en mayo pasado en la plataforma ciudadana “We the People” con el título “Exigir el libre acceso a través
de Internet a artículos de revistas científicas derivadas de la investigación financiada por los contribuyentes”.
Esta consulta fue respondida en febrero del año 2013 por el Jefe de Política Científica Tecnológica de USA generando
apoyos y polémicas.
En términos generales la respuesta fue que el gobierno impulsaría un reglamento donde los artículos académicos producidos con presupuesto público serán de alcance general a través de Internet transcurrido un año desde su publicación en una revista científica. La medida tendrá lugar en todas las agencias del gobierno de USA que tengan un presupuesto para investigación superior a los US$ 100 millones. Así, estas últimas deben “desarrollar planes para hacer públicos y disponibles de manera gratuita los resultados publicados de la investigación financiada federalmente”.
Esta respuesta ha vuelto a poner en el tapete científico a las revistas de las distintas disciplinas (pagadas y no pagadas)
donde el fin último sea siempre asegurar la calidad del sistema, la selección de artículos, la corrección y publicación de los
mismos. Este nuevo escenario de liberación de material científico en las plataformas de internet para investigaciones financiadas
con fondos públicos también está siendo abordado por la Comunidad Europea, por lo que se avecina un cambio importante
en diversas políticas editoriales que esperamos favorezcan a los lectores en todo el mundo.