Permítanme leerles esta “Parra-fada”, que he escrito con permiso de don Nicanor, quien dijo “voy y vuelvo” y aún no regresa; ella versa sobre una niña imaginaria, que con otro nombre sí vive entre nosotros.
Me ha invitado la Dra. Carmen Gloria Aylwin a co-celebrar el décimo cumpleaños de esa niña venturosa y por todos querida. Sus nombres son varios y latos, como las reinas de verdad: Revista Chilena de Endocrinología y Diabetes.
Su madre, SOCHED, gran matrona y hoy sesentona, la alumbró en plena madurez a los cincuenta. Fue su padre el Dr. Hernán García Bruce, y el que habla, ofició de obstetra de inicio y pediatra después. Desde su primer abrir de hojas captó mimosa el interés de tantos por mirarla, escudriñarla y repasarla. Cada 3 meses cambia de tenida, pero es fiel en vestirse, almidonada y compuesta, de raso blanco con vivos de tul azul celeste, colores que eligieron los que la esperaban ver nacer; en un recodo de su traje lleva atenta cuenta de sus meses y años en este mundo.
¿Cómo vino al mundo esta pequeña? La idea primigenia anidaba en el poso del pozo de los quereres del Dr. García. Fue bien concebida, bien gestada y luego bien parida y, más tarde, mejor nutrida. Su desarrollo intrauterino duró 8 meses, para nacer con el mes de enero del año 2008. Desde el día uno recibió el cariño de su madre SOCHED y la atención dedicada de este su neonatólogo. Cada año, cuando la madre por tradición congrega a su familia en pleno, hubo control de niño sano, y también atento examen de sus miembros y sistemas. De ellos el grueso lo constituye la sección de artículos originales de investigación y los casos clínicos. Los primeros para los que ya han recorrido camino y los segundos para los que, empezando, quieren recorrerlo.
Desde su inicio esta grácil muchachita cultivó también otros nortes: uno por cada dedo de su manecita, que aunque menuda capaz de contener mucho. Permítanme solo señalar lo que con títulos de adulto trasuntaban sus otros intereses:
Cuatro años fui su pediatra y doy fe que la quise y la quiero. Hoy su nuevo pediatra el Dr. Francisco Pérez está enseñándole a comportarse en sociedad, porque quiere que otros, de latitudes lejanas la visiten. ¡Enhorabuena!
Por quien madre y familia tiene no hay que llorar sino celebrar de veras, como ahora lo estamos haciendo. ¡Viva nuestra revista! ¡Y que viva por muchos años!