La microbiota intestinal constituye un complejo sistema de microorganismos que tienen un papel fundamental en la salud del individuo. Entre sus funciones, además del componente digestivo, absorción de nutrientes y balance electrolítico, contribuye a la eliminación de toxinas, evita la colonización de bacterias patógenas y modula el estado inflamatorio por medio del control del sistema inmune. Los desequilibrios en la microbiota pueden alterar el metabolismo, haciendo permeable al individuo al desarrollo de patologías entre ellas obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades intestinales y ciertos tipos de cáncer.
En diabetes hay múltiples estudios que han relacionado variaciones en la microbiota intestinal y componentes metabólicos como hemoglobina glicosilada y control metabólico. El estudio presentado por Leiva-Gea y colaboradores resulta original ya que es uno de los primeros que indaga el posible papel de la microbiota sobre el componente de autoinmunidad.
Para ello diseñaron un estudio que incluyó 15 pacientes con diabetes tipo 1 (DM1 autoinmune), 15 pacientes con diabetes MODY2 (no autoinmune) y un grupo control compuesto de 13 individuos sanos, todos menores de 18 años, con el objetivo de tener ajustado el estudio a través del componente autoinmunidad por una parte y diabetes por otra. El diseño incluyó registro dietario y de actividad física, perfil de citoquinas, análisis de permeabilidad intestinal y caracterización de microbiota fecal a través de pirosecuenciación.
Su objetivo fue comparar la flora bacteriana en tres grupos de individuos controlando por el efecto de autoinmunidad. Los resultados principales, mostraron que la microbiota intestinal es diferente en pacientes con DM1 desde el punto de vista de su composición como desde el perfil funcional. También describió que la permeabilidad (determinada a través de los niveles serológicos de zonulina) se encontraba significativamente aumentada en los pacientes con diabetes (DM1 y MODY2) respecto de los controles.
Uno de los aspectos más relevantes que detalla este artículo, correspondió a la baja diversidad de las comunidades bacterianas dominantes en ambos tipos de diabetes (altos niveles de bacteroidetes y bajos niveles de bifidobacterium). En los pacientes con DM1este patrón se relacionó, además, con un aumento significativo de LPS y de citoquinas proinflamatorias IL-6, TNF-a e IL-1b, efecto no observado en MODY2.
Desde el punto de vista de la crítica metodológica y estadística, caben señalar los siguientes aspectos:
Los resultados de este artículo han sido novedosos, puesto que proporcionan evidencia de variaciones en los contenidos de microbiota intestinal relacionándolo al mecanismo de autoinmunidad, ya que esto no fue observado en los pacientes MODY2. Esto podría sugerir un papel directo de la microbiota intestinal en la regulación del proceso autoinmune en la DM1.