En el año 2008, aparece el la literatura una de los primeros estudios que ligan a la enfermedad de Parkinson con la Diabetes Mellitus. En esos años un estudio publicado en la revista Diabetes Care, y realizado en una base de datos en USA con 289 mil adultos mayores no encontró una asociación destacada entre la Diabetes y un mayor riesgo de desarrollar enfermedad de Parkinson en los siguientes 15 años durante los que se hizo el seguimiento. En dicho estudio, de los 21.600 participantes con Diabetes, se diagnosticó Parkinson en el 0,8%. En comparación, se diagnosticó Parkinson al 0,5% de los 267 mil sujetos que no padecían Diabetes al inicio del estudio. Tras considerar una multiplicidad de factores confundentes, como la edad, el peso y el tabaquismo, la Diabetes terminó asociada en forma más bien modesta con la posibilidad de desarrollar enfermedad de Parkinson en el futuro. El estudio de Drivers y colaboradores1 en el año 2008 generó varias preguntas de investigación que se han ido poniendo a prueba en el curso de los años siguientes. La posible asociación entre enfermedad de Parkinson y Diabetes planteó diversos mecanismos posibles de asociación tales como: la supresión de la concentración central de dopamina, la inflamación, el estrés oxidativo y la enfermedad cerebrovascular.
Históricamente la insulina fue asociada como una hormona de acción periférica responsable de la homeostasis de la glucosa y del metabolismo energético. Sin embargo, en la actualidad se sabe que la insulina puede atravesar la barrera hematoencefálica e influir en una multitud de procesos en el cerebro, incluyendo la supervivencia neuronal y el crecimiento, la transmisión dopaminérgica, el mantenimiento de las sinapsis y las vías implicadas en la cognición. En conjunto, hay gran evidencia que indica que podría instaurarse un proceso similar a la resistencia a la insulina periférica en el cerebro de pacientes con enfermedad de Parkinson. Existen en la actualidad estrategias farmacológicas en desarrollo que intentan restaurar la señalización de insulina neuronal como una estrategia potencial para retardar la neurodegeneración en la enfermedad de Parkinson.
Recientemente, Yang y cols.2, han realizado un nuevo estudio retrospectivo en Taiwan con una población de 36.294 pacientes diagnosticados entre el año 2000 y 2006 comparándolos con 108.882 sujetos sin diabetes. Los resultados mostraron una asociación mayor en el grupo con diabetes, respecto al grupo control (OR = 1,36). En este reciente estudio, nuevamente aparece una asociación más bien modesta entre la Diabetes Mellitus y el aumento de riesgo de Enfermedad de Parkinson, esta vez durante un seguimiento promedio de 7,3 años. Sin duda, sigue siendo una gran interrogante esta posible asociación entre dos patologías en franco crecimiento.
Referencia bibliográfica